domingo, 19 de marzo de 2023

Cadrete da un nuevo paso para rescatar su castillo musulmán


La torre del castillo de Cadrete lleva más de mil años divisando desde las alturas el valle del Huerva a su paso por Zaragoza. La construcción de esta fortaleza de origen islámico fue impulsada por Abderramán III en el año 935 con motivo del asedio de Saraqusta, cuyo gobernador se declaró en rebeldía tras negarse a seguir ciertas órdenes dictadas por el califa. Tras la expulsión de los moriscos aragoneses en 1610, la fortificación quedó completamente abandonada durante casi cuatro siglos hasta que el esfuerzo de los vecinos y del propio ayuntamiento impulsó la primera restauración entre febrero de 2011 y agosto de 2012.

El castillo, ubicado a apenas doce kilómetros de Zaragoza, se prepara ahora para acoger su cuarta intervención arqueológica y de reparación después de las realizadas en 2019 y 2021. Los trabajos comenzarán a finales de este mes o principios de febrero, se prolongarán a lo largo de cuatro meses y se invertirán los 356.000 euros procedentes de unas ayudas del Ministerio de Fomento.

Entre otras actuaciones para seguir restaurando el interior de la fortaleza, se prevé trabajar para descubrir una posible rampa de entrada que tendría la fortificación, según los arqueólogos. Cuando finalice esta cuarta intervención, el ayuntamiento prevé retomar las visitas guiadas al fortín. «El castillo es uno de nuestros buques insignias y queremos seguir poniéndolo en valor», ha subrayado este lunes el alcalde de la localidad, Rodolfo Viñas.

Una de las personas más vinculadas con el proyecto y que más lo ha impulsado es el arquitecto y especialista en restauración Javier Borobio. Él dirigió la primera y la tercera fase de los trabajos (junto a los arqueólogos Francisco Javier Gutiérrez y Julián Ramos) y también liderará esta cuarta intervención. «El inicio del proyecto se remonta al año 2006. En esa época la montaña se había comido el castillo y su estado dejaba mucho que desear», recuerda Borobio, que asegura haber tratado el fortíni «más como un yacimiento que como un edificio».

Catalogado como bien de interés cultural (BIC) desde 2006, el castillo recibió su principal espaldarazo en la intervención de 2011 y 2012. De hecho, a esas obras se destinaron en torno a un millón de euros procedentes del Ministerio de Fomento y permitieron reconstruir una pared dañada de la torre, devolviéndole su aspecto anterior al último derrumbe de los años 60. «No fue necesario recrecer la torre porque seguía casi toda en pie, pero lo que sí hicimos fue instalar una escalera para que los visitantes pudieran subir hasta arriba», explica Borobio, que en 2015 publicó junto al arqueólogo José Luis Ona el libro 'El castillo de Cadrete. Del abandono a la visita guiada'.

Tanto la segunda como la tercera intervención fueron financiadas por la DPZ. En la de 2019 se destinaron unos 97.000 euros para restaurar y consolidar todo el recinto inferior del castillo, unos trabajos en los que se descubrió un horno y algunas pesebreras. «Hemos confirmado que tras su construcción en el siglo X se fueron añadiendo posteriormente nuevas estructuras», indica el director del proyecto.

Cerámicas aparecidas en la intervención de 2021

La tercera intervención realizada en 2021, con una dotación de 75.000 euros, también sacó a la luz nuevas estructuras, al tiempo que permitió unir el «recinto» inferior con el intermedio. «La fortaleza está asentada sobre una especie de bancales y lo que hemos conseguido es que el visitante la pueda recorrer de forma continuada», explica Borobio, que recuerda que en estos años se han descubierto piezas de cerámica musulmana y grabados islámicos en los muros de una fortificación que a lo largo de su dilatada historia ha sido destinada a usos militares, civiles e incluso religiosos.

23/01/2023. El Periódico de Aragón. Rubén López

Obras y excavaciones en el castillo de Cadrete para rescatar su historia y usos

El Castillo de Cadrete, situado próximo a esta localidad, ha quedado cerrado para visitas debido al comienzo de unas obras que buscan aportar conocimiento sobre la historia y usos de este edificio y continuar los trabajos que ya se realizaron entre marzo y julio de 2019. El Ayuntamiento de Cadrete cuenta con la financiación de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) y del Gobierno de España “a través del 1,5% para conservación del patrimonio histórico que otorga el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana”, según el ayuntamiento de la localidad. Los trabajos de recuperación van a ejecutarse en los recintos intermedio e inferior, que actualmente no son transitables, con el objetivo de consolidar el conjunto fortificado, así como conocer mejor su estructura y sus diferentes usos. El equipo que va a trabajar en estas obras se compone de los arqueólogos Francisco Javier Gutierrez y Julián Ramos, arquitectos e incluso historiadores del arte, mientras que la empresa contratista es Cyrespa Arquitectónico S.L. Javier Borobio, arquitecto jefe del proyecto y director de obra en este proyecto, explica que esta obra procede de la convocatoria de ayudas estipulado en el Plan de Restauración de Bienes Inmuebles y Bienes Muebles Histórico-artísticos de Propiedad Municipal impulsado por la DPZ. Borobio, arquitecto y doctor en historia del arte, cuenta que estos trabajos “tienen ánimo de continuidad”. “Es acabar lo que quedó sin terminar en el recinto inferior, donde quedo por excavar uno de los habitáculos, y por otro lado, empezar a excavar el recinto intermedio”, expone. Comenta que estas excavaciones tienen que estar finalizadas en el periodo de un mes, y cuentan con un presupuesto de licitación de 75.594,75 euros, IVA incluido. Concretamente, en esta actuación se excavará una superficie de unos 25 metros cuadrados, y de entre un metro y dos de altura en el recinto inferior. En el espacio intermedio se excavarán unos 150 metros cuadrados, con una profundidad de aproximadamente un metro. No obstante, el arquitecto expone que hay diferencia entre las proyecciones de la obra y lo que “la realidad te va diciendo”, por lo que podrían darse variaciones dentro de estas actuaciones.“Cabe la posibilidad de que haya que excavar menos terreno, o que se nos termine el presupuesto antes de llegar al suelo”, explica. Además de excavar, todos los elementos que se extraigan del suelo deberán consolidarse, un proceso para que las extracciones no se deterioren. A esta complicada tarea se suma la inestabilidad de los materiales, el que predomina en la zona. Por eso, el arquitecto afirma que existe “una gran labor de conservación y estabilización de la propia ruina, para que no se acabe deshaciendo.” Borobio explica que esta es “una intervención pequeñita”, pero que ayuda a despejar dudas sobre lo que se encuentra allí. “En este caso, ayuda a la investigación sobre el propio castillo, a entender como funcionaba el castillo a lo largo de los tiempos, ya que desde que se construyó ha tenido varias funciones”, añade el arquitecto, que recuerda que durante las últimas obras se descubrió una rampa-escalera que unía dos alturas del edificio. Además, se encontró un horno con alacena e incluso unas pesebreras hechas de yeso, lo que constató un uso doméstico del edificio. “A lo largo de los siglos se ha ido utilizando y reutilizando de varias formas”, razona. Respecto a la proyección futura de la fortificación, Borobio expone que sería interesante realizar un circuito para visitarlo, “entrando por una puerta, subiendo al recinto superior para visitar la torre y bajando hasta el recinto inferior para salir hacia el despoblado del antiguo Cadrete”, explica. Sin embargo, esto todavía no es posible puesto que no existe comunicación entre todas las partes del castillo. “Se podría plantear más adelante, con ayudas del Ministerio de Cultura”, cuenta Borobio para añadir que, para un futuro, se ha planteado acabar de excavar todas las habitaciones que quedan, “pero con un criterio selectivo, decidiendo qué es lo más característico para sacar el mayor beneficio documental y de atractivo, para que las personas lo visiten”.

05/08/2021 Heraldo de Aragón. Aída Lumbreras